Aseguran que incluso antes del coima-gate y cuando las encuestas le daban bien al Gobierno, “los títulos argentinos también mostraban…
La crisis de la economía doméstica, la de todos los días, sumó otro foco de incendio: la macro empezó a desbandarse y la consultora más renombrada de la City le encontró una razón. 1816, la firma de los ex Banco Mariva, Adrián Rozanski y Mariano Skladnik consignó que las tensiones actuales con el dólar, los bonos y el Riesgo País poco tienen que ver con lo electoral y están directamente relacionadas con la política del gobierno de Javier Milei. Una especie de riesgo “M”. Además, la consultora advirtió que cualquiera sea el resultado de las elecciones del 7 de septiembre y el 26 de octubre, habrá “un cambio de política cambiaria y monetaria”. En síntesis, adiós al intento de flotación del dólar y bienvenida a una devaluación fuerte.
El diagnóstico es parte del último informe que 1816 les giró a sus clientes y que, como es habitual, tiene una mirada política además de técnica. “En nuestra opinión, no todo el mal desempeño de la deuda de los últimos meses a la dinámica política”, destacan. Y aclaran que “hace un mes, cuando todas las encuestas eran favorables al oficialismo y el escándalo de los audios no había estallado, los títulos argentinos también mostraban debilidad relativa”.
Allí, detallan que “pensamos que esto pasó por la decisión del Ejecutivo de poner en un segundo plano el objetivo de acumulación de reservas y por la salida de las LEFIS, que generó una volatilidad excesiva en el mercado local”. Este último tema es lo que hoy genera tensiones entre Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo. “Toto” les confiesa a propios y extraños que no fue él quien ordenó salir de ese esquema dejando tantos pesos de los bancos sueltos. Lo culpa al propio Presidente de semejante movida.
A raíz de este escenario, 1816 asegura en su reporte que “nuestra opinión es que, independientemente de los resultados electorales de septiembre y octubre, post comicios veremos modificaciones tanto de la política cambiaria (donde prevemos un esfuerzo más decidido en acumular reservas), como en la política monetaria”. Es decir, una detonación total del programa de Caputo, que en los papeles ya empezó a ocurrir con la decisión oficial de salir a vender dólares vía el Tesoro, empezando a cortar con la idea delm esquema de bandas de flotación acordado con el Fondo Monetario (FMI).
No es 1816 la primera consultora que alerta sobre que los resultados fallidos de la política de tipo de cambio y las variantes del ajuste. Hay un consenso generalizado de que la intención oficial de tener el dólar bajo para que la inflación no suba, lo trastoca todo. Algo de eso dicen Pablo Moldovan y Federico Pastrana, de la consultora C+P, en su último reporte. “El gobierno llega a las elecciones con la inflación en los niveles más bajos desde 2017. La búsqueda de desinflación no es inusual en meses preelectorales, aunque esta vez resalta la fragilidad del control cambiario y el costo de priorizar la estabilidad de precios sobre la economía real. El contraste con 2023 es evidente”, precisaron.








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